Este tercer movimiento de una obra que forma parte del lenguaje característico de Brouwer, comparte el concepto de toccata con otras piezas de dicho carácter, pero muy distintas entre sí, desde el “moto perpetuo”, y es esta característica la que usa Espinoza para construir desde la idea primera, ¿cómo hago que la obra no se detenga?, ¿cómo hago para que las melodías adopten un continuo fluido?, se preguntó. La segunda cuestión viene desde el rasgo distintivo del compositor, esto es “desde el ritmo viene la melodía, primero monta un andamiaje métrico-rítmico y luego las armonías y melodías vienen a él”, y es así como aborda la construcción del discurso de La Toccata de Pasquini, dado que Brouwer es muy hábil en el uso del ritmo, la concepción para interpretarlo ha de respetar profundamente las ideas que en ese aspecto él propone, de esta manera, Esteban analiza y comprende el virtuoso empleo de agrupaciones rítmicas con una división temporal de los sonidos estable y homogénea, sin esta rigurosidad, el discurso se cae; “son las acentuaciones de aquellos grupos las que harán que aparezca una melodía rítmica que todos notamos, pero sin aquel cuidado, el dinamismo de los acentos -que es esencial- falla… reconocer la melodía rítmica que sostiene la música y mantener la honestidad del ejecutante, esto es, la manera propia de articular, el sello de cada uno, es la clave, es crucial… hay obras que existen por sí mismas y allí, el intérprete no puede interrumpir el continuum que posee intrínsecamente”.
Leo recibió de manos de su padre el gusto por la música de grandes compositores para guitarra, entre ellos, Granados, Tárrega y Villa-Lobos y con cuyas obras comienza su estudio instrumental formal con la guía del docente cubano Isaac Nicola, que, a su vez, fue discípulo de Emilio Pujol.
En Estados Unidos desarrolla su formación musical al más alto nivel con Vincent Persichetti y Stefan Wolpe, estímulos que cimentaron la enorme capacidad creativa e imaginativa de Leo y que sin duda está demostrada en su obra entera. En ella, vierte la influencia de la música popular cubana de sus inicios, el desarrollo teórico tradicional europeo y la vanguardia del siglo XX en su ámbito más amplio.
Brouwer ha realizado una labor docente enorme hacia las nuevas generaciones de músicos cubanos y gracias a su reputación como compositor, guitarrista y docente, participa regularmente de seminarios, clases magistrales y como jurado en algunos de los más importantes festivales internacionales de música y de guitarra.
“El más grande compositor vivo de la guitarra, no es una frase fácil para cualquier contexto, pero considerando todos los hechos es imposible pensar en otro compositor con un mayor y mejor derecho a dicha designación” (Cooper, Colin 1985)
La obra de Brouwer, es considerada por sí mismo, como “un paradigma estético expresado por un macrosistema conformado por estos tres subsistemas, los rasgos estilísticos del cubanismo, de la tradición y de la innovación y experimentación, todos interrelacionados y en constante dinamismo y transformación dialéctica”, así, es innegable el dominio que el compositor construyó y sobre el cual, ha depositado los rasgos primordiales de su obra, intelecto, dedicación y altísima calidad.
Nació en Santiago de Chile, donde estudió y se graduó con honores en el Conservatorio de Música de la Universidad de Chile y de inmediato continuó sus estudios en la Hochschule für Musik en Augsburgo, Alemania, con el ganador del Grammy, Prof. Franz Halasz.
Bajo la influencia de su primer maestro, el laudista Ernesto Quezada, se interesó en los instrumentos originales de la familia de la guitarra y por ello complementó sus estudios en cursos de música antigua y clases magistrales con especialistas como Hopkinson Smith, Eduardo Egüez y Juan Carlos Rivera. Sin embargo, también se ha interesado en música contemporánea lo que lo ha llevado a encargar, estrenar y grabar obras de compositores como Angelo Gilardino, Clarice Assad, Javier Farías, Christian Vásquez y Javier Contreras, con quien forma parte del ensamble ‘Dúo Sudamericano’ ejecutando música moderna con raíz sudamericana.
En casi 10 años, obtuvo más de 15 premios en las competiciones internacionales de guitarra más prestigiosas, como Francisco Tárrega, Alhambra y Julián Arcas (España), Heitor Villa-Lobos (Brasil), Alirio Díaz (Venezuela), Forum Guitar Wien (Austria), Viña del Mar (Chile), Alessandria (Italia), Stotsenberg y Guitar Foundation of America (EEUU), Karl Scheit (Austria), entre otros.
En concierto ha recorrido más de 30 países, cubriendo Europa, América, así como algunos países del norte de África, Medio Oriente, Asia y Oceanía. Ha sido invitado por distinguidas orquestas, Israel Camerata (Israel), Orquesta de Extremadura (España), Orquesta Filarmonica di Torino (Italia), St. Michel Strings (Finlandia), Orquesta Sinfónica Académica Estatal Evgeny Svetlanov (Rusia), Hofer Symphoniker (Alemania) y la Orquesta Sinfónica de Chile.