Crisol / Juan Hernández

Crisol es un arreglo para guitarra solista de una pieza que originalmente fue pensada para una agrupación de fusión latinoamericana de la cual formaba parte Juan Hernández en su juventud y que contemplaba sonoridades como el charango, la quena, entre otros instrumentos tan propios de América Latina,  por lo tanto, se construye sobre ese enfoque de la guitarra popular más que desde la perspectiva académica de la guitarra clásica. Esto sin duda otorga mayores libertades en el uso de recursos técnicos y decisiones estéticas, lo que Espinoza denomina ‘‘la libertad de lo popular’’. Su carácter amplio circunda formas musicales como la tonada y la marinera debido a su métrica ternaria, pero termina no siendo formalmente una danza tradicional por su técnica compositiva de melodía acompañada, quedando abierta para el intérprete la posibilidad de seguir enriqueciendo, modificando y jugando, y que él mismo reconoce abordar desde ‘‘la mirada del guitarrista que acompaña a cantantes de tango, boleristas, aquel guitarrista que se hizo en el bar, que se hizo en la calle’’. Crisol es entonces entrar en la óptica de la guitarra popular como una forma de ver la música desde una mixtura de influencias.

Músico y guitarrista autodidacta nacido en Valparaíso, fundador del Cuarteto de guitarras de Valparaíso, desde niño se destacó por sus condiciones musicales como instrumentista y arreglador. A la edad de 14 años integró el cuarteto tanguero Chanteclaire y luego la Orquesta Sangre Tanguera de Angelo Cherry, con quien tuvo su primera experiencia de registro fonográfico.

Paralelamente, las enseñanzas recibidas en improvisadas clases de parte del destacado guitarrista Leonel Meza, fueron fundamentales para su desarrollo. Guitarrista de sesión que ha participado en numerosas grabaciones en el medio folclórico nacional, aportando su talento e integrando diferentes grupos tales como “Amauta de Valparaíso”, “Obra Trío”, “Los Afuerinos”, “Crisol”, “Los Paleteados del Puerto”, “Matices”, “Cuarteto Suracorde” y “Diapasón Porteño”, entre otros.

Su pasión por la música, ser un melómano empedernido y gran coleccionista de grabaciones, lo que ha complementado con la constante investigación acerca de la guitarra popular y folklórica chilena, y sus principales protagonistas de la época de oro de este instrumento, resultó en una base extraordinaria de conocimiento y dominio que está al servicio de su notable capacidad interpretativa llevada a la práctica en todas sus actividades musicales como solista y acompañante en los estilos musicales que se le propongan.